lunes, 27 de mayo de 2013

El "Operativo Independencia" en Tilcara

El senador Gerardo Morales, el intendente Félix Pérez, el diputado nacional Mario Fiad y el diputado provincial Alberto Bernis, entre otros, ¿aplaudieron?
Tilcara, 25 de Mayo de 2013

Siempre me molestaron los desfiles en lo que hay que marcar el paso. "El arte desordena la vida", escribió Karl Klaus; quizás ahí está la función de la escritura: mostrar (o mejor: demostrar) algo que no todos ven. Marchar todos al unísono imitando un paso militar no me parece atractivo, pero respeto el derecho de todo vecino de desfilar. Lo que no pienso aceptar es que un grupo de autoridades elegidas democráticamente, como Gerardo Morales, Félix Pérez, Mario Fiad y Alberto Bernis, no digan nada frente a un grupo de uniformados que porta un estandarte que dice: “Asociación Ex-Combatientes jujeños y otros / Operativo Independencia / Delegación Perico”. 

El “Operativo Independencia”, nunca estará de más recordarlo, fue el nombre que las fuerzas militares y de seguridad le dieron al conjunto de centenares de secuestros, tormentos y asesinatos que empezaron en febrero de 1975, en Tucumán; es decir, antes del inicio de la última dictadura. El jujeño Julio Rolando Álvarez García, sin ir más lejos, fue secuestrado el 1º de febrero de 1976, en aquella provincia; “Pampero” fue torturado en un Centro Clandestino de Detención durante treinta y cinco días. 

El año pasado, el juez federal Daniel Bejas responsabilizó a Jorge Rafael Videla (sí, el mismo que El Tribuno de Jujuy permite que una vecina le dedique un poema) y a Mario Benjamín Menéndez por crímenes contra 269 víctimas, que “configurarían el marco del delito de genocidio tipificado en el Derecho Penal internacional”. El juez también destacó que la violencia sexual en aquel contexto “no fue producto de desviaciones particulares, sino que fue ejercida en forma sistemática” y procesó a varios militares como partícipes necesarios. 

El pasado 25 de Mayo, por la calle Belgrano de Tilcara, once hombres vestidos con uniformes verdes de combate marcaron el paso detrás de un estandarte que tenía el infame nombre de “Operativo Independencia”. En la crónica de El Tribuno de Jujuy se puede leer que Gerardo Morales apoya “ideas ya vertidas por el intendente anfitrión, Félix Pérez, en relación a los hechos de violencia que conmovieron la localidad quebradeña”; hechos que no coinciden con la versión que brindan los familiares de jóvenes detenidos, ellos denunciaron a la policía local por malos tratos y abuso de autoridad. Hace unos días, Félix Pérez y su gabinete hizo circular un documento en que se refería a los jóvenes detenidos como "mala semilla que se encuentra germinando" en Tilcara. ¿Esas son las ideas que apoya Gerardo Morales? ¿Y cuál fue la reacción de Morales, Fiad y Bernis al ver desfilar a hombres que formaron parte del ejército represor? ¿Hace falta preguntar por qué el intendente aprobó que un pelotón representativo de nuestra historia más trágica desfilara por Tilcara? ¿Acaso añora la mano dura de genocidas como Domingo Bussi? ¿Hay alguien en el gabinete del municipio indígena de Tilcara que tenga simpatía por las atrocidades cometidas en la última dictadura? 

Los crímenes del pasado, escribió Juan Gelman, perviven en lo que se calla de ellos en el presente.

Leer:

lunes, 20 de mayo de 2013

El poroto del mal

La planta del poroto del mal ha sido descubierta recientemente en Tilcara. Su descubridor es el primer biólogo indígena y afirma que esta planta abandonó el reino vegetal para instalarse en el animal. Basa su afirmación en el hecho de que el "porotus patitas" (nombre científico), cuando es llevado a la comisaria del pueblo, grita. Según comentarios escuchados en los pasillos de la comisaria, un método para curar el mal que les ha sido engendrado es trasladar al poroto a comisarias alejadas, pero antes hay que gritarles: "¿Quieren órgano sexual masculino? ¡Órgano sexual masculino tendrán!". Los biólogos más osados afirman que el sintagma dicho a viva voz puede tener variantes que usen una palabra grosera (“pija”) que reemplace a tres que no lo son. Personas que están alrededor del biólogo indígena (que responden al nombre colectivo de “Su Gabinete”) sostienen que el mejor lugar para cosechar "porotus patitas" es a la salida de los bailes y que siempre es mejor cortar a las especies más jóvenes de raíz. No es fácil arrancarlos de su suelo natal, por eso los cosechadores que visten de azul utilizan todo su arsenal y equipo de combate.

viernes, 3 de mayo de 2013

El deber de la memoria

LA MIRADA OSCURA. Rafael Mariano Braga
He tenido un privilegio que pocos investigadores han logrado. Años después de trabajar sobre las memorias de la represión dictatorial en Jujuy, estuve sentado frente a Mariano Rafael Braga, un hombre acusado de maltratar, secuestrar y hacer desaparecer personas. Uno de los militares que más recuerdan los familiares de detenidos-desaparecidos de Jujuy y que hoy –viernes 3 de mayo de 2013– el Tribunal Oral Federal deberá emitir sentencia.

Participé como testigo contextual por haber escrito Con vida los llevaron, obra que curiosamente, según me cuentan, en estos días forma parte de los libros reproducidos en formato ampliado como decoración del stand de Jujuy en la Feria del Libro de Buenos Aires. Es decir, escritores y lectores jujeños hemos crecido más rápido que nuestro sistema judicial.

Más allá de este desarrollo desigual, quiero decir que nunca antes había pensado estar frente a un represor (Antonio Orlando Vargas y José Eduardo Bulgheroni, los otros imputados, no permanecieron en el recinto de sesiones por motivos que no entendí). No lo había pensado porque había descartado, desde el vamos, las declaraciones que hacen aquellos que tuvieron un accionar activo en la represión ilegal; siempre me parecieron –y aún hoy lo siento así– que su discurso fue (es) interesado para mejorar su pasado, por lo tanto, nunca busqué entrevistar a aquellos que detentaron el poder en la última dictadura.

Para mi sorpresa, Braga no sólo fue un lector no buscado, sino que gracias a los caminos de la Justicia, nuestras miradas se cruzaron. Él cita nuestro libro para afirmar que Julio Rolando Álvarez García y su compañera, Inés Peña, fueron militantes de la organización Montoneros. Cuestión que efectivamente fue así. La primera vez que, en una reunión realizada en la casa de Nélida y Andrés Fidalgo, en el año 2002, Inés nos contó de su militancia, la mayoría de los que la escuchábamos nos sorprendimos. Todavía era difícil asumir que nuestros detenidos-desaparecidos habían participado en una organización armada. Inés, como tantos militantes honestos, asumieron su pasado revolucionario y ese hecho quedó registrado en un libro que tiene ya varias ediciones.

Braga fue un militar que se destacó mientras estuvo de servicios en Jujuy. Se destacó por maltratar a los familiares que concurrían al Regimiento de Infantería 20 a preguntar sobre sus detenidos y desaparecidos; él, en un acto de humillación digno de un miserable, ubicaba su escritorio al frente de un charco de agua, para que todo familiar tenga que mojar sus pies para preguntar sobre un ser querido. Además, fue el más perverso torturador que denunció Dominga Álvarez de Scurta, días antes de pasar a integrar la nómina de detenidos-desaparecidos de Jujuy. Y también fue el oficial responsable que irrumpió en la casa paterna de Julio Rolando Álvarez García y lo secuestró, esto lo sostienen todos los testigos que presenciaron el acto y que fueron los familiares y amigos que ese día almorzaban en la casa del barrio Ciudad de Nieva.

Según Rafael Mariano Braga, el trabajo que hicimos con los familiares de los detenidos-desaparecidos contribuyó a crear una ficción sobre su trayectoria militar en Jujuy. Quiero dejar constancia que soy un escritor que respeta la creación literaria, pero que mi trabajo de rescate de las voces que vienen del pasado ha sido realizado con el rigor del periodismo de investigación. Que mi título de licenciado en comunicación social me habilita para realizar esta tarea con solvencia. Que mi actividad como investigador acreditado de la Unju, me permite calificar a los testimonios que tienen un alto grado de credibilidad por los constituyentes que poseen y también descartar otros que sólo son maniobras, como las que emplea Braga, en su intento torpe de desvincularse de una historia que reclama justicia desde hace varias décadas.

El abogado defensor de Braga, Mario Vitellini, preguntó a los jueces cómo era posible que los testigos de la querella recordasen hechos que ocurrieron hace 37 años, cuando él no recuerda lo que hizo hace poco. Tenemos que aclarar, por lo tanto, que la tarea de rememorar la realiza la persona que necesita entender lo que sucedió, que hacen falta palabras para construir un manto de memoria que nos proteja de los hechos que nunca debieron haber sucedido y que hay cuestiones que actúan como invariantes: personas, hechos y fechas.

Ahora bien, las personas que cometieron actos aberrantes no necesitan rememorar. Por la simple razón de que ellos necesitan olvidar. El olvido es, para ellos, una necesidad para seguir viviendo. Los que fueron humillados necesitan recordar para exigir justicia; los asesinos necesitan olvidar para hacer más llevadera la culpa que cargarán hasta el último día de su vida.

He escrito que tuve un privilegio raro: varias de estas palabras se la pude decir en la cara de Rafael Mariano Braga. Él no tuvo que pisar un charco inmundo de agua. Estaba sentado detrás de su abogado que me pedía que por favor no lo mirara a su defendido, que me dirigiera a los jueces.

Hoy, todos podemos mirar a los ojos a los asesinos porque sabemos la importancia del deber de la memoria.

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