martes, 22 de mayo de 2012

Yo no vivo en Dinamarca

Uno se anota para concursar una materia. El concurso se suspende. Hay que ratificar que uno se quiere presentar, aunque pasaron varios meses. Uno lo hace. El concurso -como casi todos- tiene un tufillo a podrido, aunque no vivimos en Dinamarca. A pesar de lo apuntado, uno lo gana de tal manera que no existen impugnaciones. Espera la resolución del Consejo Académico que lo confirme. Sucede: uno está confirmado. Uno está en un programa de mejora a las Ciencias Sociales y el secretario Administrativo de la FHyCS, Julián Hamity, le dice que el aumento de dedicación saldrá con el pago del mes de abril y será retroactivo a marzo. Uno festeja y hace planes. Uno va a cargado de ilusión al cajero el 1ero de Mayo y no pasa nada con el aumento prometido. Le pregunta al secretario Administrativo y dice que la culpa la tienen en el Rectorado. Habla con el Secretario Académico de la UNJu, Gustavo Lores, y le tira la pelota a Varela ("Varelita") de Tesorería. Uno habla de lo mismo con "Varelita". El otro devuelve la pelota y dice que Hamity nunca le habló de la cuestión. Conclusión: nadie tiene la culpa, la culpa siempre es del otro. Por lo tanto, uno que es un resentido social empieza a juntar datos, arma un seguimiento con los concursos que se realizaron, con los que se impugnaron con justicia, con los que no se impugnaron (aunque el que ganó ni tenía título universitario ni una trayectoria periodística que la supliera). Uno escribe esto y pide a todos aquellos que se sienten estafados (por otros que no tienen la culpa nunca) se comuniquen con uno. Uno quiere armar un documento que demuestre que hay funcionarios que no funcionan. Que una vez por todas alguien debería poner la cara y dar una explicación. No para uno, claro, para todos.

FeedBurner FeedCount