martes, 7 de agosto de 2012

Corazón


Mi amiga Ileana Medina Hernández hace unas horas colocó en andariveles (perdón por la metáfora natatoria) distintos al amor como expresión del corazón y la conducta tangible que se manifiesta en acciones concretas (dar, acompañar, acariciar, permanecer, comprender, perdonar, aceptar). Ella sostiene que es un síntoma de una cultura neurótica. Quizás tenga razón. Como sea, a mí me hace pensar en la importancia de las palabras, en el uso de metáforas que sugieren, agrandan y emocionan (también existen aquellas que están desgastadas porque se convirtieron en un lugar común). Palabras que invitan a la acción. Palabras que hacen que el amor se manifieste en acciones. Por lo tanto, quizás la problemática está mal planteada. Tal vez tengamos que sacar un cable que separa y dejar que por el mismo andarivel fluyan las buenas metáforas y las acciones que ellas desencadenan. Escribo esto y siento que entiendo mejor a Ileana. Entiendo que la palabra "corazón" ha sido desgastada por malos poetas, malos administradores de la fe y pésimos funcionarios públicos. Por mi parte, yo ("que nunca tuve otra religión que el cuerpo de una mujer") prefiero creer que el amor -si hay que pensar en que vive en alguna parte del cuerpo humano- existe entre las curvas de los pechos de una mujer. El corazón queda mejor en una tabla de anatomía o en el mostrador de una carnicería. Por suerte existen buenas canciones que nos reconcilian. Como la que cantan Fito y Ana Belén.

miércoles, 1 de agosto de 2012

COMO POETA, HÉCTOR TIZÓN FUE UN GRAN NARRADOR.


El gobernador Eduardo Fellner dijo, según El Tribuno de Jujuy de hoy, “despido no sólo a un gran hombre de Jujuy, sino a un poeta, a un hombre de la cultura, buen juez, un hombre que ha marcado la trayectoria en la política, en lo ideológico en lo cultural sino también a un hombre apreciado". Es saludable que los funcionarios públicos se interesen por sus escritores. Sería más saludable si pueden precisar los géneros literarios que han practicado esos escritores. Tizón, para decirlo claramente, nunca escribió poesía. Por otro lado, como juez, el gran narrador (y nunca poeta) ordenó detener el avance de una empresa minera en la Quebrada de Humahuaca; nunca estará de más recordarlo. Todo esto nos obliga a pedirles a los funcionarios públicos que cumplan con un deber primordial: quedarse callados cuando no tienen nada para decir.

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