lunes, 13 de junio de 2011

Una ecuación para el día del Escritor

Fotografía de Aloma Rodríguez
Hoy, 13 de junio, es el día del Escritor. Ya sabemos el origen de esta conmemoración y no vamos a aumentar nada más. Sí vamos a decir que un escritor que siempre es alguien que invierte tiempo, dinero y corre ciertos riesgos para forjar un nombre. Hacen faltas horas para desarrollar la ecuación culo + silla + lectura + escritura + corrección + escritura, y, también lo sabemos, nunca será suficiente el tiempo que le dediquemos. Hace falta dinero para disponer de ese tiempo o hay que robarle a otros trabajos, preferentemente hay que robarle a aquellos que paga el Estado (hay que agradecer aquí a las municipalidades, secretarías de Cultura y universidades nacionales que tanto bien hacen al desarrollo de la literatura al permitir que varios robemos horas y no seamos sancionados; bueno, a veces, sí nos despiden, justo es decirlo); hace falta dinero para impulsar, sobre todo, a las obras que tienen un carácter subversivo dentro del campo literario y hace falta dinero para que no nos acusen de tener una moral ligera, consumir sustancias prohibidas y ser malos ejemplos para los jóvenes, aunque de verdad tengamos una moral ligera, consumamos sustancias prohibidas y seamos malos ejemplos. Y hace falta correr ciertos riesgos para que demostrar que la literatura es una práctica social, que muchas veces se enfrenta a los poderes de turno. Nuestros mejores escritores siempre son termómetros de las sociedades en las que se desarrollan sus obras. Pienso en el libro inédito Los TIPROFI de Néstor Groppa, un conjunto de poemas compuestos de manera lúcida y profunda sobre ese engendro que fueron los bonos con que se pretendió solucionar una crisis económica de los años 90 y que ningún político opositor pudo denunciar de manera tan tajante como si lo hizo el poeta. Y también pienso en Andrés Fidalgo, el escritor que estaba a disposición del Poder Ejecutivo de la Nación (PEN), en 1975, cuando su mujer, Nélida Pizarro, y el editor José Luis Mangieri apuraban la edición del Panorama de la literatura jujeña, con la intención de hacer más injusta la detención del escritor. Por todo ello, hoy a saludamos a todos los ladrones de tiempo, a los escriben, a lo que arriesgan y, en esas tres acciones, siguen buscando la solución -aunque sepan que nunca la van a encontrar- de la ecuación culo + silla + lectura + escritura + corrección + escritura.

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