miércoles, 5 de octubre de 2011

La ambición extrema

¿Quién no ha querido escribir el poema que lo redima? ¿Quién no ha querido escribir la página imposible de escribir? Por eso, el bueno de Ciorán escribió: "Somos fervientes de la obra abortada, abandonada en el camino, imposible de concluir, minada por sus propias exigencias". Hay que ser muy lúcido para entender que esa imposibilidad es lo que nos empuja a escribir. Que ser poetas es un manera de comportarse en el mundo. Una manera de caminar. O, para decirlo con una palabra altisonante, una ética. Y detrás de toda ética hay una estética. Ya sé que parece confuso esto que escribo. Pero, por favor, créanme, es preferible ser oscuro y no atarse a lo que peligrosamente nos acostumbra la rutina. Es preferible la ambición extrema, imposible de lograr, y no la mediocridad que siempre nos peina con sangre.

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