lunes, 7 de octubre de 2013

Cachorro de cuello blanco


Germán Fellner, hijo de tigre, y un trabajador
En esta fotografía están dos jóvenes. El de la izquierda tiene la piel clara; el otro, más oscura. El primero tiene una camisa blanca, un pantalón vaquero con un cinturón grueso y hebilla llamativa; también tiene unos zapatos negros que desentonan con el piso de tierra. El segundo viste ropa deportiva, pero no parece alguien acostumbrado a practicar deportes, tiene una chomba a rayas, un jogging y un par de zapatillas. El joven que tiene la camisa blanca carga una bolsa en su hombro derecho y tiene la mirada fija en la cámara que congela la imagen. El que tiene ropa deportiva no carga nada, mira hacia un costado y está parado a la izquierda del otro.

Umberto Eco escribió que el hábito hace al monje. Que nuestra ropa es expresiva. Que elegimos nuestra ropa según códigos y convenciones que están articuladas y que aceptamos. Que nuestra ropa, en algunos casos pierde su funcionalidad física y se convierte en un signo de alto valor comunicativo. El semiólogo grafica su argumentación con un ejemplo claro: el hombre de las cavernas empezó a cubrir su cuerpo con pieles de animales para protegerse del frío; pero, al cabo de unos pocos años, debieron surgir distinciones entre los cazadores brabucones provistos de mejores pieles que los menos capaces que disponían de un repertorio menor de pieles.

La imagen es una pose de campaña política. El que carga la bolsa es alguien que no tiene la ropa adecuada para este tipo de trabajo. Es alguien que está acostumbrado a un trabajo más pulcro y con menos desgaste físico, por eso se inclina demasiado hacia su costado izquierdo, en un intento de equilibrar su cuidado cuerpo. El otro joven no ignora esa falta de costumbre; por eso está a su par, listo para sostenerlo, por si llegara el caso.

Ambos son distintos. No tuvieron las mismas oportunidades. Uno es el integrante cachorro de la banda que tiene la mejor ropa. El otro, apenas un trabajador.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Parecer y no ser
los cachorros del poder no aparecen de la nada, forma parte de un sistema feudal de reproducción politica, que consolida y reafirma un conjunto de dinastias seudodemocraticas.
En este proceso de reproducion los medios de comunicacion al servicio del modelo fedual seudodemocratico cobran especial relevancia, toda vez que las imagenes publicas y los discursos con frases hechas a medidas son puestas en los medios en forma recurrente. Aqui es donde los flamantes debutadores de la dinastia cometen torpezas que terminan pagando caro en la pluma y palabra de quienes analizamos detenidamente la realidad y el contexto social. La imagen atrapa a todos los cachorros, potencia el narcizismo y el ego.
Parecer y el no ser son dicotomias opuestas y necesarias, tener todo a cuesta de lo que sea, poder y dinero, control y sumision, discurso publico y discurso privado hacia adentro de los grupos hegemonicos...
NADA VAN A LLEVAR
SOLO LES HACE FALTA DOS METROS HACIA ABAJO Y UNO DE ANCHO
SI NO LO CREMAN O
TERMINAN EN UNA CUEVA DEL CAMPOSANTO

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