martes, 8 de marzo de 2016

¿Y si dios fuese mujer?

Isabel Sarli
Dentro de unas horas, los avisos sobre la importancia de las mujeres nos inundarán. Las altas autoridades lanzarán sus “creativos” avisos, repartirán flores y chocolates para sus colaboradoras. Porque, claro, las mujeres tienen que colaborar, ser sumisas y mejor si tienen la piel clara. Es más, no sólo tienen que ser mujeres, también deben parecer mujeres colaboradoras, sumisas y blancas.

No se les debe ocurrir dirigir una organización, ni fundar un partido político ni mucho menos –¡la virgen del Pilar no lo permita!– ser dirigentes de primera línea que buscan disputar el poder real que casi siempre es económico, religioso y político.

Desde el vamos se nos enseña que el dios todopoderoso es padre; es decir, hombre. Y no sólo eso, es padre, es hijo y es espíritu santo. Nunca madre, nunca hija ni mucho menos un alma santa. El dios trino y uno siempre es masculino. Pero, ¿qué pasaría si dios fuese mujer? ¿Y si dios moviese sus pechos dulcemente como las enfermeras locas que describió en un memorable poema Juan Gelman? El mismo poeta nos da la respuesta: la mujer que postule un dios que sea mujer termina en la hoguera. Por gritar que dios tiene tetas, en el poema; en la cárcel, por atreverse a disputar el poder al conservadurismo, en nuestra sociedad.

Ahora bien, ¿no nos enseñaron nuestros antecesores que la madre tierra es la pachamama? ¿No sabemos que nuestra deidad es femenina? Sí lo sabemos, por eso, la honramos en un patio de tierra, ofrendamos los bienes que queremos recibir y sabemos de su fertilidad que, dicho sea de paso, está en las antípodas de la infecundidad de las vírgenes. (Algunos políticos hacen un acting, se arrodillan sobre una alfombra mullida y hasta tratan de poner caras de collas, pero son tan falsos como Macri, Massa y Morales festejando el carnaval con un ballet contratado.)

Recién escribí tres apellidos que corresponden a la santísima trinidad que nos gobierna: todos hombres. Sí, soy un malpensado. No debería pensar a un dios como una enfermera que mueve sus pechos dulcemente en un albergue transitorio. Por eso, abandono la lectura del poema de Gelman y visito el sitio del gobierno de la Jujuy.

Hago click donde dice “autoridades”: el gobernador es un hombre, lo mismo que el fiscal y el secretario general de la gobernación (el último, además, tiene el mismo apellido que el gobernador, causalmente), tres a cero hasta aquí. Ahora veo quienes están al frente de los ministerios: ocho hombres (en Salud, Gobierno, Hacienda y finanzas, Producción y desarrollo económico, Infraestructura, tierra y vivienda, Trabajo, Cultura y turismo y Seguridad) y tres mujeres (Desarrollo Humano, Educación y Ambiente). En total, nuestros altos funcionarios en el Ejecutivo provincial son once varones y tres mujeres. Una diferencia notable, ¿no?

¿Qué pasaría si un día el poder religioso convierte en santa a Visitación Sibila, más conocida por nosotros como la “Almita” Sibila, quien fue asesinada en 1908, por un criminal que tenía antecedentes y después fue juzgado y condenado? ¿Qué pasaría si el poder político actual buscara antecedentes, juzgara y, recién después de juzgar, encerraría en la cárcel a los culpables que vaciaron el Banco de Acción Social, por dar un ejemplo, entre los que está denunciado un hombre que tiene el mismo apellido que el vicegobernador que también es hombre, dicho sea de paso? ¿Qué pasaría si se juzgara a los empresarios que colaboraron abiertamente con la última dictadura? ¿Qué pasaría si dejásemos de condenar a las mujeres que no son sumisas, ni obedientes y encima son negras? ¿Y qué pasaría si dios fuese mujer?


No hay comentarios.:

FeedBurner FeedCount